jueves, 24 de mayo de 2007

PLATÓN, EL PARADIGMA ESTILÍSTICO

PLATÓN, EL PARADIGMA ESTILÍSTICO


Por:

Vicente Pérez Moreira


El Banquete

Al comenzar a leer este dialogo de Platón, nos encontramos con un hombre que va, y se encuentra con otro, y comienza a contarle, camino hacia Atenas...

Algo, esta quedando fuera, hay algo en la lectura que exige detención inmediata. Un cierto imperceptible, del que dar cuenta, quizá...

Me detengo, voy a comenzar de nuevo, dejemos esto como una partida falsa...

La escuela de Atenas, de Rafael

La común interpretación que se hace de Platón, digamos lo que entendemos de él, popularmente, nos dice que Platón, en su teoría del mundo de la ideas, y en sus concepciones generales de mundo, tiende a despreciar, en cierta manera, por no decir rotundamente, el mundo sensible.

El mundo sensible, la mera apariencia, si bien, tiene un cierto peso en algunas alusiones platónicas, en general, podríamos decir que, para Platón el mundo sensible no tiene mayor importancia.

Prueba de esto, sería quizás el recordar la pintura de Rafael, donde Platón apunta hacia el cielo, en contraposición a Aristóteles.

Platón, con El Timeo en un brazo, dialogo, donde expone su teoría sobre el origen del cosmos y que tiene directa relación con lo más abstracto de la teoría de las ideas. Platón en este diálogo nos presenta nuevamente su distinción entre lo que siempre es real y no tiene devenir, que es aprehensible por el pensamiento con una consideración racional y lo que está siempre en devenir y nunca es real, que es objeto de creencia junto con la sensación irracional.[i]

Aristóteles en cambio sostiene la Ética, sobre el comportamiento y como ser feliz en la polis.

Rotter & Krauss

Mayo, época de gripe, y resfrío. Voy a una farmacia y mientras espero ser atendido, mayo, época de farmacias llenas, miro, una cartilla de una óptica que ofrece anteojos a todo publico, la letra de la cartilla va en aumento, y por suerte puedo leerla entera, tengo buena vista, eso es bueno. Dice: "Sin la vista, nuestras percepciones se vuelven estáticas y aisladas. Con ella tenemos luz, sombra y color, sin ella, sólo tenemos oscuridad. (...etc, etc, etc.)"

Lo he señalado en un articulo anterior, se ha señalado quizás mil veces en la historia, lo que Platón justamente quiere lograr, es un acceso a la realidad estática, aislada y única, que conforma la verdad, verdadera de lo real. Sólo hay una luz valida, la luz de la verdad, y todas esas luces y sombras que nos da la percepción, no son, para él, más que un mero engaño, de nuestros sentidos.

Debido a esto es que Platón reprocha severamente el arte, ya que este se trataría de una mimesis, una imitación de las cosas fenoménicas, que, como señalaba, son a su vez una imitación de los eternos paradigmas de las ideas. El arte se convierte en copia de una copia, apariencia de una apariencia.

El paradigma

Una vez puestas estas cartas sobre la mesa, hay dos puntos que me gustaría tratar, y que me parecen son a mi juicio lo paradigmático de todo esto.

Antes, especifico una vez, más mi punto de partida, de modo que quede claro, en Platón, hay un desprecio por lo aparente, y en este desprecio, hay también, quizás un desprecio mayor por el arte. "el arte no desvela, sino que vela la verdad, porque no es una forma de conocimiento; no mejora al hombre, sino que lo corrompe, porque es engañoso; no educa, deseduca, porque se dirige a las facultades arracionales del alma, que constituye las partes inferiores de nuestro ser."[ii]

Entonces, quisiera dar cuenta de la primera dificultad. Por qué esta necesidad de expulsar a los poetas de la polis. ¿Por qué, el artista es peligroso, si lo aparente es despreciable?

Platón, nos pone en una encrucijada, de la cual el mismo responde, dando cuenta, de la dificultad de hacer convivir la verdad verdadera del filósofo, con las mentiras de los artistas.

Hasta aquí, mi pregunta es una payasada. En una rápida mirada se diría es innecesaria, lo dije, anteriormente, para Platón, los artistas son peligrosos porque se dirigen a las facultades arracionales del alma.

Pero, y aquí mismo resalta el problema. Aparentemente, podemos dilucidar, en este intrincado camino, que la razón, la racionalidad, no es evidentemente el único camino posible.

Parménides nos habló de dos caminos, el del ser y el del no ser.

Platón reconoce la fuerza de la irracionalidad, en la complejidad humana, por lo que se ve obligado a cerrarle el paso. Debe evitar un forcejeo, que no conduce a ningún lado.

Platón, sabe, que al volver el filósofo a la caverna, encontrara resistencia, en los cautivos, quienes no creerán lo que les dice, entonces, el filósofo deberá hacer uso de un espejo, para mostrar lo que hay fuera de la caverna, en un intento por liberarlos. La liberación que promete el filósofo es una liberación a la luz de la verdad. Pero el espejo es frágil, y el poeta es capaz de quebrarlo. Entonces aquella verdad que era una, se verá fragmentada tantas veces como el espejo, velando la unidad tras un manto de particularidades.

Si la verdad, no es una sino múltiple, entonces, que ventaja tiene sobre el mundo de las apariencias.

Así, Platón, da la entrada para una nueva valorización del mundo sensible, la apariencia no es absolutamente despreciable, pues en la mimesis del poeta, hay un fragmento de verdad, que puede hacer confundir, incluso al filósofo. La creación artística, da valor a lo aparente, al mezclarlo con una dosis de verdad, la verdad de la multiplicidad, a la que Platón tanto teme.

Así, la única forma de que los hombres de la caverna, puedan verse en su encarcelamiento, es que no halla más verdad que la del filósofo.

Calibán

El desprecio del siglo diecinueve por el realismo es la furia de Calibán al ver su propio rostro en un espejo. El desprecio del diecinueve por el romanticismo es la rabia de Calibán al no ver su propio rostro en un espejo.[iii]

Platón, ve en el arte, el peligro, de confundirse entre la mimesis del mundo. Ve ahí, la posibilidad de una verdad en la multiplicidad. Al igual que Calibán, Platón, al verse en el espejo, ve la posibilidad de que este se quiebre, de que la multiplicidad lo destruya o le muestre una verdad de la que no puede dar cuenta puesto que, una vez quebrado el espejo, es casi imposible volver a reconstruir todas sus piezas.

Le enfurece encontrarse consigo mismo, pues él, en el espejo es un otro igual a él, es él mismo que se vuelve un otro, enfrentándolo, y ante el cual, no se puede hacer más frente que el mirarlo.

Si Platón no viese reflejo alguno en el espejo, sentiría, desprecio, pero también habría desprecio de sí mismo, de no encontrar nada, de no haberse logrado.

El enemigo, numero uno de Platón esta en el espejo, si esta ahí, no queda más que tapar el espejo y no verlo. No hay otro modo de enfrentarse ante el reflejo que ese. Expulsar a los poetas, y darles una fiesta de despedida, rendirles homenaje.

Platón, podrá enfrentar a Sócrates, contra todos los sabios y sofistas de los tiempos, y no habrá problema. La racionalidad socrática devalará razones, mientras nos desenvolvamos en el mismo plano. Pero en el momento en que los planos se crucen, el personaje principal, corre el riesgo de volverse un secundario.

El más variado dominio del estilo.

Platón, siente furia al verse en el espejo. Qué hay en el espejo.

Platón es un poeta, uno de los expulsados, él se encuentra a sí mismo, como juez y parte del problema.

Son innumerables los textos e introducciones[iv] que hacen referencia al peculiar estilo de Platón. Él no desarrolló sólo uno, pero para efectos de este articulo, haremos una pequeña referencia de su estilo de "diálogos".

Platón, es el creador de un nuevo género, el diálogo, combinando un estilo literario altamente poético con elementos dramáticos en forma de conversación entre Sócrates (figura que sería posteriormente sustituida por un viajante extranjero) y uno o más interlocutores.

De este nuevo genero, podemos rescatar en su uso platónico, dos elementos del diálogo, el logos y el mithos. El primero representa la doctrina racional y filosófica que pretende educar a los ciudadanos, mientras que el segundo aparece como una historia, de inspiración mitológica, que ejemplifica el discurso y habla al pathos, la parte irracional y simbólica del hombre.

Es muy interesante ver que, como autor literario, Platón demuestra un dominio asombroso de la lengua griega, que maneja con gran elegancia aunque también empleando palabras sencillas, fácilmente comprensibles, con profusión de metáforas y símiles, que se fue haciendo cada vez más artificioso a medida que envejecía su autor.

Debido a esto se ha llegado a clasificar los diálogos en tres grupos en base a un criterio estilístico y cronológico: los primeros diálogos, conocidos también como aporéticos, tratan de definir alguna cualidad humana como la virtud o el valor, sin llegar a conseguirlo totalmente, pero logrando desenmascarar las preconcepciones falsas que se interponen entre el hombre y la realidad de las ideas. Esto es lo que significa la aporía, el fracaso a la hora de responder a la pregunta formulada, un callejón sin salida. Los diálogos intermedios, que constituyen la cima estilística de Platón, presentan los mitos más elaborados y sitúan la acción en escenarios vívidamente descritos. Este es el influjo de la técnica dramática de la tragedia que mencionábamos más arriba. Finalmente, los últimos diálogos son mayoritariamente considerados por la crítica como mediocres en cuanto a la técnica literaria, presentan una estructuración excesivamente estudiada de palabras y frases cercana al amaneramiento, y renuncia progresivamente a los elementos dramáticos en virtud del contenido político y filosófico.

¿Hemos de tener presentes los sueños?

--¿Hemos de tener presentes los sueños?--, preguntó Joseph. --¿Podemos interpretarlos?

El maestro lo miró a los ojos y lacónicamente respondió: --Debemos tenerlo presente todo, puesto que podemos interpretar todo.[v]

Si, debemos tener absolutamente todo en consideración, hasta el punto de fijar nuestra mirada, no sólo en el qué se dice, sino también en el cómo. Entonces podemos dar cuenta de una vez, de la odiosa contradicción platónica, entre su estilo, su pluma, y su pensamiento.

Pero, no es acaso el cómo y el qué, parte absoluta de lo mismo, de modo que ambos, son uno. Si es así, entonces, por qué tal cuidado de la pluma. Platón, establece que el único lugar del arte en la polis, debe ser al servicio, o en funcionalidad de algo mayor. De este modo, debían haber en la polis algunos músicos, para que guiaran y acompañaran en las marchas militares, específicamente percusionistas.

Tomando esto en consideración, la pluma de Platón estaría plenamente justificada al servicio de la filosofía, y como tal, sus despliegues dramáticos y narrativos, no serian más que un recurso en función de la expresión de una idea.

Si es así, no hay más problema, no hay nada más que agregar, dí ya cuenta de una cierta inquietud, la intención de escarbar en la confrontación entre el Platón poeta y el filósofo. Presente lo que podría ser un problema, dí cuenta de algunos caracteres y finalmente se diluyo en el aire.

En esta disolución algo queda, una pregunta, ¿Hemos de tener presentes los sueños?.

La posibilidad en Nietzsche

Es Alexander Nehamas, quien nos abre una posibilidad; "Los estilos de Nietzsche son esenciales para nuestras propias interpretaciones de sus interpretaciones, y son, en sentido estricto, para insistir una vez más, inseparables del fondo de su pensamiento. Lo que para Nietzsche fue un rasgo necesario pero nunca tenido en cuenta por la filosofía se convirtió en su caso, tras una vida de entrega, en un triunfo consciente: demostró que la escritura es quizá la parte más importante del pensamiento."[vi]

¿Qué quiso decir Platón en su estilo?

Saludos cordiales.



[i] Platon, "Timée / Critias", Paris, Flammarion, 1992.

[ii] Giovanni Reale, Dario Antiseri "Historia del pensamiento filosófico y científico" Tomo I, Ed.: Herder, Barcelona, 1995 pp.: 139

[iii] Oscar Wilde, "El retrato de Dorian Gray"

[iv] Luc Brisson, "Introdution" dans Platon "Le Banquet" Paris, Flammarion, 2005

[v] Herman Hesse, "El juego de los abalorios"

[vi] Alexander Nehamas, "Nietzsche, La vida como literatura", Turner y Fondo de Cultura Económica, 2002 pp.: 61


miércoles, 2 de mayo de 2007

APROXIMACIONES A LA FIESTA DEL CUASIMODO

APROXIMACIONES A LA FIESTA DEL CUASIMODO

“El Cristo que corre”

Introducción

La fiesta de Cuasimodo, celebración del mundo católico chileno, que se lleva acabo el domingo de la segunda semana del tiempo pascual, toma sus orígenes de una antigua tradición de tiempos de la colonia, en que el sacerdote llevaba la comunión a los enfermos y ancianos que imposibilitados por sus dolencias físicas, no habían podido acercarse por sí mismos a recibir el sagrado sacramento el día de misa de resurrección, como es costumbre.

Las primeras palabras pronunciadas en la eucaristía de dicho domingo - Cuasi modo infanti o al modo de los niños- son las que bautizan a esta característica fiesta, a la que el Papa Juan Pablo II denominaría Un verdadero tesoro del pueblo de Dios”.

La tradición se relaciona con la necesidad de proteger al sacerdote, quien al viajar sin compañía era frecuentemente asaltado por bandoleros, que asolaban los caminos con la intención de robar sus pertenencias valiosas: el copón y el cáliz.

Con los años, más y más creyentes se fueron sumando a esta tradición formando lo que actualmente se conoce como los grupos de cuasimodistas.

La fiesta de cuasimodo se realiza en diversas comunas, a lo largo de nuestro país, teniendo cada una sus propias particularidades marcadas por el espíritu y la esencia local.

Como una forma de aproximarnos a este fenómeno festivo, lo abordaremos desde dos perspectivas distintas, vividas por los integrantes de nuestro grupo: desde los cultores y desde la comunidad.

Los testimonios, aquí presentados harán referencia a dos celebraciones, en dos comunas distintas: Mallarauco, comuna de Melipilla y Peñalolén.

Corrida del Cristo, "Cuasimodo" Mallarauco, Domingo 15 de Abril de 2007

Los Cultores:

Los huasos de la Parroquia San Patricio de Mallarauco, en este momento se dividen en dos grupos de cuasimodistas, el grupo más antiguo tiene más de un siglo, y recorre algo así como dos tercios del valle, desde la zona de Santa Victoria hasta Mallarauquito y Bollenar, donde se juntan con el grupo de cuasimodistas que vienen desde otra parroquia.

El otro grupo de cuasimodistas corre desde 1980, su recorrido es desde Santa Victoria, incluyendo este sector, hacia arriba, hasta donde comienza el valle, en Santa Elisa. La diferencia entre los dos grupos esta dada por la pañoleta, el grupo antiguo usa pañoletas rojas y blancas, el grupo más nuevo pañoletas celestes. Yo corro con este último grupo.

La pañoleta es celeste, por el polvo, es una razón práctica, que a la vez se combina con la influencia que tuvieron en Mallarauco un grupo de monjas que vivieron en el valle desde mediados de los setenta hasta finales de los ochenta. Hermanas Dominicas de la Presentación.

Los cuasimodistas, corren en parejas establecidas, se mantienen estas parejas y se respetan, pero es posible ciertos cambios. En la medida que comienza la corrida, los guías van cambiando según quien sea el "vaqueano" del sector.

Corriendo a Cristo

El cuasimodo tiene un especial sentido, al darnos cuenta de que además de llevar la comunión a los enfermos y ancianos, salimos a proclamar, en procesión el fundamento de nuestra fe, la resurrección de nuestro señor Jesucristo.

Ese domingo mi primo (Matías) y yo, nos levantamos a las 6 de la mañana. Ya el día anterior habíamos dejado todo medianamente preparado, nuestra ropa lista, los zapatos y las botas lustradas, la manta, un chaleco porque puede estar helado. A las seis y media había que pasar a buscar los caballos, y así salir antes de las siete rumbo a la medialuna de los Infante en Santa Victoria, para, como todos los años, reunirnos ahí a la misa de ocho.

Era primera vez que Matías corría el Cristo, yo lo había hecho, varias veces antes, pero esa noche, la habíamos pasado inquietos, atentos y expectantes. Nos habíamos quedado hasta tarde, luego de comer y rezar vísperas, le habíamos dado a la conversa con unos tragos de vino, él me preguntaba de mis veces anteriores, yo le contaba, y escuchaba sus expectativas, empapándome también de su entusiasmo. Aún así, nos levantamos rápido, hicimos oración, y luego un desayuno, aún así nos anduvimos atrasando. Los caballos nos esperaban listos, montamos y partimos al paso. Poco a poco se fueron sumando compañeros de camino, todos silenciados por el frío.

A medida que nos íbamos acercando, y el sol comenzaba anunciando calores, el ambiente festivo tomaba más fuerza. Ya no éramos unos pocos rumbo a la medialuna, y las personas estaban en las puertas saludando nuestra pasada.

Cuando llegamos a la medialuna, pudimos entrar y ver los que éramos, me lleno de alegría al recordarlo, Matías saltaba de emoción y yo también. Era impresionante, el ambiente de solemnidad y fiesta que se vivía. Las carretas y colosos, llenos de adornos y colores, las banderas y estandartes, los letreros que anunciaban la gloria de Cristo Rey. Los huasos todos bien encachados, el grupo folclórico y la música.

La misa comenzó a las ocho y algo, una ceremonia especial pues se vive de a caballo, me toco leer la segunda lectura, recuerdo hablaba de Juan, en el Apocalipsis, cuando el ángel lo envía, y le pide que escriba la visión que va a tener. En esa estamos. La celebración estuvo alegrada por los cantos del grupo folclórico y las cantoras.

A eso de las nueve de la mañana, partimos. Nos dividimos en dos grupos, un grupo, que acompañaría al sacerdote hacia el poniente, hacia el final del valle, donde se encontrarían con grupos de otras parroquias. Y nosotros los cuasimodistas que iríamos con el Diacono, recorriendo primero los enfermos del sector de Santa Victoria, luego los de Santa Teresa para finalizar en Santa Elisa y el Pimiento, donde nace el valle. Salimos en parejas, Matías sería mi compañero este año, nuestro lugar, tres colleras detrás de la carreta del Diacono. Eso, por ahora, lo increíble de este año, es que por primera vez, mi abuela recibiría la comunión, eso, además de darle un sentido extra a nuestra corrida, modificaba el lugar de Matías y yo, ya que nos hacía parte de los "guías" o "vaqueanos" de Santa Elisa, por lo que guiaríamos en un trecho, y quedaríamos en la parte delantera de la procesión, durante el recorrido de ese sector.

Llevábamos ya algo así, como seis horas sobre los caballos, cuando emprendimos el trote, desde Santa Teresa hacia Santa Elisa, y ahí a Betania el campo de mi abuela –la Meme-, que sería la primera parada en ese sector. Había un trecho largo de marcha sin detención, por lo que el "capataz" como llamé yo, dijo que apuráramos la marcha. Matías y yo guiábamos, debíamos llegar primeros al portón del fundo, para abrir las puertas a la procesión, y luego llegar a la casa, y esperar al campanillero de a caballo para que anunciara el arribo del Santísimo.

De quién hablo como "capataz", era de quién, sin ser uno de los guías, iba pendiente de la logística de nuestra marcha. Él estaba al tanto de todas las detenciones, llevaba el tranco de nuestra marcha y establecía las relaciones con los carabineros que nos custodiaban. Además vigilaba que nadie se saliera de su lugar, que no hubiese problemas, que se respetara el espacio para el paso de los autos cuando venían. El junto con el campanillero, son los únicos que van y vienen de una ubicación a otra dentro de la procesión, si bien se mantienen más o menos al medio y cerca del Diacono, ambos además son los únicos que no tienen un compañero. Me detengo en él porque cumplían una función extraordinaria, de mantener el orden de la marcha.

Por otro lado el campanillero de a caballo, es quien va dentro del grupo de adelante, tocando la campana, anunciando a quienes están mirando el paso del Cristo Rey o a las casas la llegada del Santísimo. Así, las personas se arrodillan algunas, y se descubren sus cabezas, haciendo la señal de la cruz, en respeto a la presencia de Cristo en la ostia sacramentada. El campanillero, se detendrá en la puerta de la casa, donde se llevara la comunión, tocando la campana, hasta el minuto del arribo del Diacono, entonces cesará, y dejará paso al campanillero de a pie, quien entrará tocando las campanillas con el Diacono, en la casa de quién va a recibir la comunión.

Una vez que el Diacono termina, el campanillero de a pie, ira delante de él, tocando las campanillas hasta que se suba al carro. Luego el campanillero a caballo, correrá, tocando la campana de un lado al otro de la procesión, anunciando la puesta en marcha, y luego gritará ¡Viva Cristo Rey! a lo que todos respondemos con una fuerza de adentro ¡Viva! los vítores continuarán, y la gente que está en los lados del camino, acompañará en estos gritos.

¡Viva Cristo Rey!

¡Viva!

¡Viva la Santísima Virgen María!

¡Viva!

¡Viva la Santísima Iglesia Católica!

¡Viva!

¡Viva el Santo Padre el Papa!

¡Viva!

¡Vivan los cuasimodistas de Mallarauco!

¡Vivan!

Luego el carro de las cantoras comenzará una vez más a entonar sus canciones, cuecas llenas de alegría que mantienen fuerte el espíritu. Mientras en el carro del Diacono, las mujeres irán rezando los Ave María.

Vamos acercándonos al trote hacia la entrada del Fundo Betania y la casa de mi abuela. Al llegar nos encontramos con los símbolos de la espera del Cristo, con hojas de palmeras se ha formado un arco en la entrada, que está decorado con flores, una vez adentro, en la casa se ha formado un altar. Las cantoras se callan, al igual que las mujeres que rezan, el campanillero de a caballo anuncia que viene Cristo, que Cristo ha Resucitado, que el Rey de Reyes llega a este hogar.

Para mí es un momento muy especial, la oportunidad que me da el señor de llevarle el Santísimo a mi abuela, quien le enseñó a rezar a mi padre.

Los cuasimodistas somos recibidos con un vaso de chicha o de vino con fruta, para amainar el calor.

Luego de un rato el Diacono sale. Suenan una vez más las campanas, una vez más los vítores, y reemprendemos la marcha.

Durante nuestro recorrido, no todo ha sido, correr, hay dos estaciones de descanso, donde nos detenemos por unos minutos, y salen a recibirnos con vasos de chicha con harina, para la sed, el calor y el hambre. No todo en esto es sacrificio. En estos instantes uno tiene tiempo para compartir con la gente, con los huasos, escuchar anécdotas, y reír un poco. Así durante el día, pese a estar cada vez más cansados, el ambiente se va distendiendo, y hay algunos momentos para reír y compartir.

Así también, casi en el final de nuestro recorrido, luego de pasar por el Pimiento, volviendo a Santa Elisa, se produce un momento donde la solemnidad se vuelve a apoderar de nuestra marcha. Nos detenemos ante al animita del finado Peludito, antiguo cuasimodista, quien venía una vez, de a caballo y borracho, y al pasar un camión se le espantó la bestia botándolo al suelo, y dejándolo muerto.

El Diacono bendice la animita, y los cuasimodistas de Mallarauco le rendimos homenaje vitoreándolo. ¡Viva el finado Peludito! ¡Viva!.

Cuasimodo terminó, con un almuerzo a las cinco de la tarde en la casa del "capataz" en Santa Teresa, luego de llegar a la última capilla de Mallarauco en Santa Elisa, el Diacono dio la gracias, y la procesión emprendió el regreso, pero como es tradición, nuestro "capataz" se puso de anfitrión para un asado colaborado (es decir todos pusimos una cuota) bueno el resto es historia...

Peñalolén, la comunidad en fiesta

Nuestra experiencia del cuasimodo de Peñalolén, se remite a nuestra participación como observantes externos.

Nosotros (Soledad, Alicia y Mauricio) llegamos a la misa que se realizaba en la Municipalidad de Peñalolén a las 9 a.m. El día comenzaba a descubrirse soleado, la misa, hablaba ya de algo distinto. Al aire libre, los huasos, un tanto nerviosos, la música folclórica, un ambiente del que en inicio nos sentimos ajenos, pero que poco a poco nos fue abriendo sus puertas y contagiándonos con lo que se estaba viviendo. Se respiraba un profundo sentimiento de fe y entrega. Luego de escuchar la liturgia y presenciar un pie de cueca, decidimos seguir el recorrido que iniciaba la comparsa.

Si bien la celebración era abierta, observamos que la participación, correspondía en su mayoría -por no decir completamente- a personas de estrato social medio-bajo, lo que nos pareció curioso, pues en la misa, habíamos observado la presencia de personas de otro grupo social, que se retiraron una vez iniciada la procesión.

Los caballos avanzaban rápidamente, ante la imposibilidad de llevar su paso, pedimos a una de las carretas festivas que nos llevaran con ellos. Amablemente accedieron. Una vez ahí pudimos percibir el ritmo o latencia con que se desplazaba esta comunidad.

Aproximadamente, unas 15 personas, en su mayoría mujeres, cuidadosamente vestidas con trajes típicos patrios- atuendo de huaso y pañuelo en la cabeza, en señal de respeto al santísimo- cantaban y gritaban alabanzas a Cristo, ”Viva Cristo rey”, “vivan los cuasimodistas de Peñalolén”, “vivan los huasos católicos”...

Lo primero que nos llamó la atención fue el entusiasmo y el compromiso con que una de las voceras del carro entonaba estas frases, hasta el punto de perder la voz. Demostrando que sus deseos de compartir y comunicar al resto su fe, hacían que la afonía pasara a segundo plano.

La celebración, involucraba a personas de todas las edades, sin discriminar. La participación de niños muy pequeños, acompañando a sus padres, se hacía evidente. Todos se involucraban de manera profunda. Es decir, sus convicciones los llevaban a la acción y no simplemente el cumplir con una costumbre.

Ajenos a la vergüenza todos los participantes se abstraían en una realidad paralela brindando su testimonio de fe. Para ellos la presencia de Cristo era real, él estaba allí acompañándolos. Nosotros vimos ahí la concreción de una experiencia estética: la comunión ritual de un pueblo frente a la presencia real de Cristo. Una comunión mágica que los sacaba de lo cotidiano para enfrentarlos a la experiencia de lo trascendental.

Siete ancianos comulgan a los pies del Santísimo, una cueca festiva decoraba el momento. En este momento se cerraban los ojos del cuerpo para abrir los ojos del alma. La primera comunión había terminado, la comparsa retomaba el andar hacia un próximo destino. Luego de muchas paradas y una vez cumplida la misión central se daría pie al último acto simbólico de la jornada: quemar a Judas traicionero en lo alto de un monte y participar de una comida en comunidad.

La suma de estas formas internas con las características externas de la celebración da como resultado un todo coherente. El sincretismo dado por la mixtura de los elementos decorativos patrios, símbolos festivos (globos, guirnaldas, flores) y por otro lado la presencia de símbolos religiosos católicos como son la cruz y los colores del vaticano (amarillo y blanco) estampados en los trajes y carros, no dejaban lugar a duda de la naturaleza de la fiesta en cuestión.

El carácter tradicional es posible de ser reconocido por cualquiera de nosotros: La cueca, los huasos, la comida -en este caso una empanada de pino y tortilla de rescoldo- nos hicieron sentirnos cercanos y, a pesar de que no logramos vencer nuestras limitaciones personales -como la diferencia de credos-, sí permitió que nos reconociéramos como miembros de aquella colectividad.

Conclusión

El cuasimodo presenta varios aspectos interesantes, primero, el sincretismo, entre la fiesta huasa y la fiesta religiosa, desde aquí vemos dos aspectos. Desde la fiesta huasa, las vestimentas tradicionales, el sombrero y chupalla es reemplazada por una pañoleta por respeto al Santísimo, es en cierta forma un andar con la cabeza descubierta. Los cantos folclóricos, la carreta de las cantoras, lleva un grupo de mujeres que si bien cantan canciones religiosas estas tienen un fuerte arraigo en la música tradicional. Los descansos a tomar chicha, le dan un aire profano, esta bebida es propia de la cultura campesina chilena. Otro elemento es el hecho de la cercanía entre “Correr al Cristo” como se denomina el cuasimodo, y correr en vaca, como se denomina el rodeo. Tema que podría ser sólo una cercanía nominal, pero que notoriamente influye en la fiesta, después de todo en muchas comunas la organización, recae en un esfuerzo conjunto entre la parroquia y el club de huasos local.

Desde el punto de vista religioso, tenemos, la presencia de las banderas papales, en contraste con las banderas chilenas. El sincretismo aquí se nota especialmente en los adornos de bicicletas y carros, los cuales van con los colores mezclados de blanco azul y rojo, agregando otro blanco y el amarillo. La presencia de un religioso portador del Santísimo, más la devoción de los fieles que participan de una manera totalmente distinta y comprometida, que la de los “espectadores”. Aquí en este punto especial lugar ocupan, las mujeres que acompañan al religioso, quienes van rezando. Así como las personas que están a la espera del Santísimo en el camino, y que ante su llegada se ponen de rodillas, se persignan y se descubren la cabeza en señal de respeto.

La fiesta presento también sus aires locales, que en el caso de Peñalolén se da con la quema de Judas, algo que no existe en Mallarauco. Por otro lado en Mallarauco, existe el pasar a saludar al finado Peludito, animita de un antiguo cuasimodista, de quien según cuentan, volviendo pasado en copas de un almuerzo post-cuasimodo, su caballo se espantó con un camión, él cayó y murió atropellado.

La fiesta como tal, muestra en varios aspectos sus aires tradicionales, y en otros su propia evolución acorde a los tiempos. Ejemplo de esto, podemos ver por un lado, en el rito católico de la misa, las vestimentas y aperos de los huasos, y en el sentido original de llevar la comunión a los enfermos, los cantos tradicionales, etc. Incorporaciones posteriores claras, son los carros tirados por tractores, los cuasimodistas en bicicleta, los autos que siguen la procesión, como también las escoltas de carabineros. De la realización más tradicional y antigua, ya no quedan las armas, por ejemplo, que acostumbraban a portar los acompañantes. Según cuentan algunos testimonios en sus orígenes algunos cuasimodistas iban armados. Otro elemento que se ha incorporado y que resulta en cierta forma novedoso, es el factor público. Esto en la fiesta de Mallarauco no se ve, tan claramente, ahí, son los dueños de casa que salen a mirar el cortejo y presentar sus respetos, pero en el caso de Peñalolén, la mezcla entre fiesta popular y espectáculo público se nota más. Algunos miembros de este grupo pudieron constatar eso.

En relación con esto último, quisiéramos presentar la mayor dificultad que enfrentamos en el minuto de realizar este trabajo. El tema de la vivencia de la fiesta. Como ya hemos mencionado, nosotros, la vivimos de dos formas distintas. Vicente, corrió el cuasimodo, lo vivió desde los cultores, siendo él un cultor, apegado a su fe y sus tradiciones, incorporado de manera natural en lo que estaba ocurriendo. Los demás, los que fuimos a Peñalolén, nos encontramos como espectadores, ajenos, en parte de lo que ocurría. Esto, se plantea como una dificultad desde sus dos aproximaciones. Para un cultor, es difícil hacer un análisis, está lleno de las emociones y vivencias de quien esta comprometido con lo que está ocurriendo en un plano que va más allá del estudio. Para los espectadores, es difícil entrar en una fiesta cargando nuestra propia cultura contemporánea, que es ajena a este tipo de situaciones. En el lugar mismo, nos costó mucho entrar con la gente, lograr, ser aceptados en un carro, y si lo hicieron, cuesta dejar de ser los “bichos raros” del lugar. Desentonaban hasta la forma en que estábamos vestidos, y la manera en que se desarrollaba todo nos parecía más de una vez anecdótico, y extraño.

Por último quisiéramos incluir para cerrar, la oración del cuasimodista.

Santo, Santo, Santo, Señor Dios del Universo,
con amor y respeto te adoramos
en el cuerpo y la sangre de tu Hijo Jesús
nuestro hermano, presente en el pan y el vino.
Ofrenda de nuestros campos y fruto del trabajo del hombre.
Tu Hijo queremos llevar a los enfermos y necesitados
porque Tu eres Señor el Dios de los humildes,
el Dios de Abel el campesino,
de Moisés el pastor,
de José el carpintero,
de María nuestra Madre.
Ayúdanos a respetarnos como hermanos;
que hagamos realidad tú Reino de justicia, paz y fraternidad.
El cielo estén llenos de la majestad de tu gloria.
La alegría y el amor siempre son tu compañía
y compartirlo es nuestro regalo y misión.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo.

Amén.

DE LA DEFINICIÓN A LO BELLO

DE LA DEFINICIÓN A LO BELLO

Desde el Ser de Parménides a lo bello en sí de Platón

Por:

Vicente Pérez Moreira


INTRODUCCIÓN

Tema interesante a tratar en el minuto de referirnos a la filosofía platónica estableciendo alguna relación con el arte, es el hecho de que Platón es el primero en enunciar una suerte de "estética" al formular la pregunta por la belleza y lo bello. Pongo estética entre comillas, porque el segundo pie de este ensayo es ver cómo pese a plantear el problema de lo bello, Platón a su vez decide expulsar a los poetas, y con ellos podríamos en un contexto contemporáneo, entender que expulsa a los artistas de su polis ideal.

Así, la "estética" entre comillas es una estética donde se habla de lo bello pero no del arte, pues el arte, debe ubicarse fuera. Pero para profundizar en esto hay que tener en cuenta anteriormente algunos puntos y dificultades.

La primera dificultad que nos encontramos, en el minuto de querer elaborar algo, en relación a la filosofía clásica, es la amplia variedad de temas, puntos, ideas y bibliografía que hay al respecto. Hoy vivimos en un mundo interdisciplinario y la posibilidad de entender o tratar un tema en profundidad se hace aún más difícil, ya que pareciera imposible llegar a penetrar todas las aristas que expone. Si a esto agregamos la enorme obra clásica, nos encontramos ante un mar infinito en el que navegar se hace peligroso y difícil.

Así, dado lo dificultoso del punto de partida, dejo claro que es absolutamente imposible abordar la amplitud de cualquier tema que se pueda buscar, y que, si pese a esto emprendo el viaje, lo hago más bien con un afán de llevar un ejercicio de reflexión, que valla dando pie a nuevas interrogantes, y quizá permita la posibilidad de ser un punto de partida, para una investigación un poco más extensa.

Debido a esto, con una cierta intención metodológica, he decidido dejar de lado ciertas citas textuales, para tratar de hacer de este texto lo más expedito posible. Al final y a modo bibliográfico, expongo mis fuentes.

Pero, no es esto a lo que quiero convocar, establezco este preámbulo, como una necesidad de reconocer las enormes limitaciones de la propuesta que les presento.

LA DEFINICIÓN

Uno de los grandes aportes, o por lo menos quizá el punto de mayor influencia de la Grecia clásica es lo que quisiera denominar como el concepto de "definición". Definir[i] según el uso común, en una de sus acepciones, es, fijar, es decir dejar quieto, inmóvil, con claridad, exactitud y precisión, un algo que es, lo definido.

Pero, de qué estamos hablando exactamente.

Mi intención es presentar el aporte formulado por Parménides a la filosofía y occidente, aporte que se mantiene vigente hasta hoy y que se mantuvo hegemónico hasta el siglo XIX de nuestra historia.

El poema de Parménides[ii] comienza con una introducción de cómo es llevado ante la Diosa, luego de pasar por donde "Están allí las puertas de la Noche; allí también las puertas de las sendas del Día;..." (pp.: 34)[iii] desde la noche a la luz, el recorrido lo va conduciendo, de la ignorancia a la sabiduría, al lugar de la Diosa, quien le indicará "todas las cosas de la Verdad, tan bellamente circular,".

¿Cuál es la verdad que será revelada a Parménides? Que la única verdad, es la del ser, que lo que es, es y lo que no es, no es. Así, a esto pesará la advertencia de que en el camino se abren dos vías hacia la sabiduría, la del ser, y la del no ser, pero esta última es intransitable. Ya que lo que es, puede pensarse y expresarse, mientras que lo que no es, no puede ser pensado.

Así, Parménides comienza un camino ontológico por la vereda del ser, marcando de esta manera, lo que va a ser el futuro de la filosofía y la forma en que hemos concebido el saber en occidente.

Lo que es, dirá Parménides, debe ser uno, y no múltiple, porque en la multiplicidad hay no ser, debe ser eterno, porque lo que comienza, antes no fue, y lo que termina, en un minuto deja de ser. Debe ser inmutable, porque todo cambio implica un dejar de ser, pasar de ser a no ser, y el ser no puede dejar de ser, pues sería no ser.

Así, nuestros sentidos que hablan de movilidad y cambio, sólo se engañan en la apariencia de nuestro mundo i-racional, puesto que lo que es, es definitorio, no hay en él variación alguna, sino estaticidad supra-temporal, invariable, que como un todo continuo lo abarca todo, pues todo es. Sólo el logos, la razón puede mostrarte la realidad verdadera, porque lo que es, el ser, sólo se conoce a través de la razón.

Para Parménides[iv] la razón es una facultad, una potencialidad que puede descubrir una verdad y sobre ésta desarrollar nuevas verdades racionales.

De éste modo, Parménides, crea la definición, como la entendemos hoy, la definición dice de algo lo que es, por lo tanto si es, debe ser fija e invariable. Por lo que lo definido, queda como en una fotografía, estático y sin cambio. Esto es lo que para Atenas, Grecia y Occidente, desde antes del siglo V a.C. será el saber, si yo sé algo sé su definición, es decir su esencia estática e imperecedera.

Luego de Parménides, el desafío de la filosofía es lograr salvar las apariencias. La filosofía presocrática, está orientada a descubrir los principios de la realidad. La filosofía posterior a Parménides buscará llegar a verdades estables que estén de acuerdo con los principios verdaderos del ser, y la razón del ser. Las preguntas que quedan pendientes son, ¿Cómo integrar el mundo en el ser? ¿Cómo salvar las apariencias?

Desde el punto de vista de lo que nos interesa aquí, ya hemos llegado a mostrar, un esbozo del por qué la necesidad platónica de establecer definiciones. Y de cómo Platón entendió, lo que tenía que ser el saber, la sabiduría, y a qué se debe, esta intención de de-velar una dimensión inmutable, desde la cual arraigar, afirmar y anclar, el mundo que conocemos a través de los sentidos.

EL SABER

Platón a través de Sócrates, en su discurso de la Apología[v] nos presenta en torno al saber dos aspectos importantes, primero la virtud del juez, quien siendo virtuoso debe evaluar la verdad de los hechos y no la forma en que se presentan, "con toda la atención posible, si os digo cosas justas o no, porque en eso consiste toda virtud del juez, como la del orador: en decir la verdad." (pp.: 17) es decir quien juzga debe buscar la verdad y no quedarse en la apariencia del discurso, y quien da un discurso debe decir lo verdadero, y no quedarse en palabras rimbombantes. Así también se refiere al pre-juicio que, en el caso de la Apología el pueblo de Atenas tiene sobre él, pero que yendo un poco más allá se puede hacer referencia a cómo nos enfrentamos a algo teniendo una idea previa, que hace de juicio y que puede estar errado.

En este mismo sentido se refiere a dos formas que corrientemente se entienden como saber, la primera es el saber de opinión, el que esta muy relacionado con los pre-juicios. El saber de opinión, "que todos dicen muy buenas cosas sin comprender nada de lo que dicen." (pp.: 25) Insiste Sócrates, "son muchos los que creen saberlo todo, aunque no sepan nada o casi nada." Así, según el autor, opinión, no es saber propiamente tal, ya que se queda en lo aparente. "Puede muy bien suceder que ni él ni yo sepamos nada de lo que es bello y de lo que es bueno, pero hay esta diferencia, que él cree saberlo aunque no sepa nada y yo, no sabiendo nada, creo no saber." (pp.: 24)

Al ser así, este saber de opinión, que no es saber, ya que se queda en lo aparente, imposibilita poder hablar, ya que la virtud del orador es decir la verdad, e impide emitir un juicio ya que sería un juicio falso. A lo que quiero llegar con la enunciación de este primer saber, este saber de opinión, es que, es un saber que en clave de Parménides tiene mucha relación con el no-ser, es un no-saber, y de él no se puede pensar ni decir. No se puede juzgar en base a la opinión, porque la opinión, como la hemos enunciado, no nos conduce a lo verdadero, sino, más bien al error y la tiniebla.

Pero entonces ¿qué es el saber?

En la Apología Sócrates lo enuncia, el mismo se declara como alguien que no sabe, pero que tiene una predisposición[vi] a buscar el saber, a indagar. Así, dando un paso no muy grande podemos entender que lo que Sócrates busca es la Verdad. Saber sería así, una aspiración a la Verdad.

¿De qué hablamos cuando nos referimos a Saber-Verdad?

En el contexto socrático como ya lo enunciamos anteriormente, el saber, la verdad es el inmutable de fondo. Lo verdadero es el Ser. El Ser de Parménides que se instaló en occidente. Aquello inmutable, eterno, válido para todos los hombres, y que sólo se puede conocer a través de la razón.

A esto es a lo que aspira Platón al preguntar por la belleza, por lo bello.

LO BELLO

En la obra de Platón, hay dos diálogos, donde resalta el tema de la belleza y lo bello, el primero es Hípias Mayor, donde la pregunta por la belleza es central, pero también donde luego de ver lo problemático de la pregunta por qué es la belleza y qué es lo bello, se concluye que es un tema tremendamente difícil del que aparentemente nada se sabe. La mayor parte de la argumentación aquí dice relación por lo aparente. Desde la lógica de Parménides, que venimos tratando, lo aparente es mutable, por lo que es un camino errado. La apariencia muta y es muchas veces indefinible, debido a su multiplicidad, Parménides nos dice:

"Por lo cual no es al Ente permitido

ser indefinido;

que no es de algo indigente,

que si de algo lo fuera

de todo careciera."[vii]

Esta cita además de referir a la necesidad de definir el ser, problema por el cual es, complicado hablar de la belleza y lo bello, ya que su definición parece en este texto cosa tremendamente difícil. Nos conecta con el segundo diálogo al cual deseo poner atención, en esta oportunidad. El Banquete[viii], y aquí, puntualmente al diálogo que Sócrates recrea entre él y Diotima, sabia sacerdotisa griega a través de quien, según algunos estudiosos el propio Platón, se expresa, poniendo su punto de vista.

En éste diálogo, nos encontramos con varios puntos que pueden resultar tremendamente enriquecedores para lo que estoy proponiendo. El primero de ellos dice relación a la instalación de un punto intermedio entre el saber y la ignorancia, pero ya no como en la Apología, donde en cierta manera la única opción de un punto medianamente favorable, era la de una pequeña predisposición a buscar la sabiduría, sabiéndose carente de ella, sino aquí, damos un paso más. Platón nos propone la "recta opinión" dice: "La recta opinión es, pues, algo así como una cosa intermedia entre el conocimiento y la ignorancia." (pp.: 245) Se puede opinar rectamente sin dar razón de ello, y por lo tanto, esta opinión no es saber, pero a la vez tampoco es ignorancia ya que es una opinión recta, es decir posee realidad. Desde este punto de vista, se puede, entiendo yo, tener un saber relativo, la recta opinión, no es verdad, pues no es inmutable, ni absoluta, pero no es mera ignorancia, ya que al tener relación con lo real, con la realidad, en cierta forma, da cuenta de algo que es más o menos verdadero, como diría el padrino, es una propuesta razonable.

La recta opinión, si bien nos saca un poco del cometido de lo bello, entrega la posibilidad de que yo ahora pueda decir lo que estoy diciendo, dándole un cierto valor en la medida de que es razonable, dejándome en un espacio intermedio entre el ser y la nada, entre la verdad absoluta y la absoluta ignorancia. Entramos así en el plano accesible de Eros, del demon[ix], que no es un dios, puesto que ama, pero que tampoco es un hombre, por ser inmortal. "el que es sabio en tales materias [entiéndase aquí, para nuestros efectos, en cualquier materia] es un hombre demónico" (pp.: 248)

Eros, dice Diotima, no puede ser un dios puesto que ama, y éste es el segundo punto que me parece muy interesante de este fragmento. Amor[x], se entiende aquí, como una carencia que impulsa la búsqueda, por lo que no es una carencia absoluta, pues se tiene lo suficiente como para saber que se tiene una carencia, se está en cierto modo en el medio. Volviendo a la Apología, Sócrates es sabio porque sabe lo suficiente como para saber que no sabe, a diferencia de los demás que no ven en ellos su falta de sabiduría. Sócrates carece de sabiduría, pero, algo de ella tiene, la necesaria para saber de qué carece. Esto es lo que lo impulsa. Por eso el amor no es cualquier carencia, sino es una carencia especial, es una carencia que no es absoluta. "Así, pues, el que no cree estar necesitado no desea tampoco lo que no cree necesitar." (pp.: 249) El amor, nace, o te ubica en un punto semi-intermedio (digo semi, porque supongo hay ciertos matices, entre Eros y un hombre, y entre un hombre y otro) entre la ignorancia absoluta y el saber, entre el ser y el no ser. De este modo de a poco, Platón va salvando las apariencias en el mundo difícil de Parménides.

¿Qué es lo que se ama? Luego de revisar varias posibles propuestas, y desecharlas, Diotima, anuncia "lo que los hombres aman no es otra cosa que el bien" (pp.: 253) A partir de aquí, se llamara amor al deseo de poseer el bien, al ardor y esfuerzo de los que persiguen el bien, y la actividad propia de quienes persiguen el bien con este ardor y esfuerzo (parafraseo el texto de la página 254) es la procreación en la belleza, tanto según el cuerpo como según el alma.

Bien y belleza están tremendamente ligados en el contexto platónico, es casi lo mismo, de modo que éste Dialogo, el Banquete, que comenzó hablando del amor, buscando una comprensión lo más verdadera posible de éste, exponiendo los puntos de vista de distintos hombres de distintas disciplinas, se encuentra finalmente, ligado directamente a la belleza, debido a que el amor, como una carencia debe ser una intención de poseer el bien, y la actividad; la forma por la cual se puede acceder al bien, es a través de la belleza, y veremos a través de lo bello. Así, dirá un poco más adelante el autor, el amor, no busca lo bello, no es carencia de lo bello, sino al ir hacia el bien, es "Amor de la generación y procreación en lo bello." (255) puesto que lo bello es bueno.

Aquí da pie para otro punto más que quisiera enunciar, en el momento en que entramos en el plano demónico, podemos acceder a una cierta inmortalidad, ésta inmortalidad, esta dada de dos maneras. Una en el plano "biológico" (lo pongo entre comillas porque este termino no es platónico, pero puede servir para explicar) al reproducirme y generar hijos estos me recordarán después de muerto, y de este modo alcanzaré una cierta inmortalidad, aunque pasajera. Y el otro plano, si mi alma es bella, y logro encontrar otra alma bella, a través del dialogo, ambos podremos, generar obras superiores, obras del alma, que me conduzcan a la inmortalidad alcanzada por ejemplo por Homero, Hesíodo, Patroclo y Aquiles, quienes dejaron su recuerdo inmortal, que ahora tenemos por su virtud. Belleza y virtud aquí, es lo mismo. El alma virtuosa, bella de un gran poeta, lo llenará de inmortalidad gracias a sus obras.

Platón enuncia ahora un camino. Quien logre desde muy joven educarse en lo bello, partiendo desde el amor a los cuerpos bellos, desde el particular hacia lo más general, para luego ir hacia las almas bellas, siendo capaz de llegar a reconocer una cierta belleza en sí misma, estará a un paso de poder llegar a acceder a lo bello en sí. "la belleza en sí, que es siempre consigo misma específicamente única, mientras que todas las otras cosas bellas participan de ella de una manera tal que el nacimiento y muerte de éstas no le causa ni aumento ni disminución, ni le ocurre absolutamente nada. Por consiguiente, cuando alguien asciende a partir de las cosas de este mundo mediante el recto amor de los jóvenes y empieza a divisar aquella belleza, puede decirse que toca casi el fin." (pp.: 264) Nos encontramos aquí ante el denominado mundo de las ideas, o Topos Uranos, lugar de las ideas, donde reina la idea máxima el Bien, y bajo ella los cinco géneros supremos de lo real; Ser, Igualdad, Diferencia, Movimiento y Reposo[xi]. Pero ésto es harina de otro costal.

LOS ARTISTAS

Los artistas o conclusión, me parece interesante a modo de ir cerrando, luego de haber visto la importancia de la belleza, el plantear la siguiente pregunta: ¿Cuál es el lugar del Arte? ¿Cuál es el lugar del Artista? Desde lo que hemos visto hasta ahora, quizá podríamos decir, que el artista es un personaje importante en la cosmovisión platónica. Hemos mencionado a Homero y Hesíodo, poetas que por lo bello de su arte, han pasado a la historia, ganando la inmortalidad, Platón en el mismo Banquete, los elogia diciendo "todo el mundo preferiría para sí haber engendrado tales hijos en lugar de los humanos, cuando echa una mirada a Homero, a Hesíodo y demás buenos poetas, y siente envidia porque han dejado de sí descendientes tales que les procuran inmortal fama y recuerdo por ser inmortales ellos mismos..."[xii]

Así los artistas, artífices de lo bello tendrían, un lugar especial, un sitial de honor. Pero no, el único sitial de honor que tendrán los poetas será en su fiesta de despedida, cuando partan al exilio. No hay lugar para los poetas en la República ideal de Platón, deben ser expulsados[xiii], con una gran fiesta de despedida, pero expulsados. Sólo quedarán los artesanos, y algunos músicos para las bandas militares.

¿Por qué? porque el arte[xiv], la creación poética, interfiere para Platón directamente con la Verdad. El Ser, estático, inmutable, el ser que es en cuanto es, la verdad que es, y es que aquí es donde volvemos al inicio, no puede ser copiado ni representado, porque la copia, sería un otro ser y el ser debe ser uno.

Lo explico nuevamente, en Platón, hay un afán de verdad que es imperioso, este afán lo mueve a buscar lo lleva a fijar con claridad y exactitud lo verdadero e inmutable. Reconociendo el mundo sensible, como un lugar i-racional, imperfecto, el cual debe ser moldeado por los filósofos de acuerdo al mundo de las ideas. Así el gobierno de la república ideal, será entregado a los filósofos, quienes son los únicos capaces de acceder al mundo de las ideas, para contemplar la idea de justicia, verdad, o finalmente el bien en sí mismo, y así, desde esta posición privilegiada gobernar y hacer lo correcto, ya no basado en la ignorancia de la opinión, ni en la recta opinión, sino con cierto conocimiento de causa.

Pero, cuál es el problema con los artistas. El problema de Platón, es que pese a reconocer su valor, se da cuenta de que en ésta República ideal, no pueden convivir dos verdades. El artista, el poeta, para Platón, es un creador de verdades, y estas verdades son reflejos como los de un espejo roto, conducen a la multiplicidad, el caos y el no ser. Por eso, o la creación artística da cuenta de la realidad exactamente como es, la mimesis absoluta, o mejor se vayan a otro lado.

Esto resulta tremendamente interesante por dos aspectos, uno, por la necesidad platónica de que la definición de la realidad sea una. Está consciente de Parménides, necesita unificar lo real, se vuelve en él, imperioso acceder a este ser único, inmutable, etc. pero a la vez tiene presente, delante de él, un mundo múltiple y caótico, donde los poetas reman para cualquier parte. Su razón le dice una cosa, sus sentidos otra y pese a depositar su confianza en la razón, no quiere más que una sola idea razonable, un sólo trozo del espejo.

Otro aspecto interesante aquí, y ya absolutamente fuera del tema, es ver cómo, la intelectualidad y los artistas han sido durante la historia las primeras víctimas de los distintos regímenes totalitarios; desde Platón, la inquisición, las monarquías absolutas, las dictaduras, todos quienes han querido unificar la realidad hacia una verdad absoluta, han visto en el arte y el pensamiento, una fragmentación, innecesaria y peligrosa.

Saludos cordiales.



[i] "definir: Fijar con claridad, exactitud y precisión la significación de una palabra o la naturaleza de una persona o cosa." http://www.rae.es/

[ii] Los Presocráticos, pp.: 29 a 53, Fondo de Cultura Económica, México 2002

[iii] Coloco entre paréntesis el número de página (pp.) de la cita, en el texto enunciado anteriormente. Sé que esta, no es la forma más académica, pero me parece evita la sobrecarga de notas al pie, que considero visualmente desagradable.

[iv] Ver más sobre el tema, en: Giovanni Reale, “Historia del pensamiento filosófico y científico” Barcelona, 1991.

[v] La Apología de Sócrates, Platón, Ed.: Centro Gráfico, Santiago de Chile 2000.

[vi] En el Banquete veremos cómo el amor es entendido como carencia que lleva a la búsqueda, por lo que podríamos perfectamente entender aquí a Sócrates como un verdadero filósofo, es decir, un hombre que ama la sabiduría, porque reconoce que no la tiene, pero ante esta carencia se pone en una búsqueda. Búsqueda que es superior a él mismo, es atraído a buscar la verdad, a buscar la sabiduría pero sabiendo que su búsqueda será infructuosa, pues su objetivo es inalcanzable.

[vii] Los Presocráticos, pp.: 44, Fondo de Cultura Económica, México 2002

[viii] Diálogos III Fedón, Banquete, Fedro; Platón, Biblioteca Clásica Gredos, 1993

[ix] demon, "entidad metafísica cósmica intermediaria entre los dioses y los hombres" Véase pie de página 95, página 246 - 247 del libro ya señalado.

[x] Téngase en cuenta que el amor de Dios es una categoría que va a incluir el cristianismo siglos después. Es esta visión del amor, la que va a impulsar a los atenienses a apedrear a San Pablo, cuando en los Hechos de los Apóstoles, se dice que fue a enseñar al Ágora, y los atenienses luego de escucharlo decir que Dios por amor había enviado a su hijo... en el contexto Griego esto sonó como el mayor de los absurdos, ¿Cómo un Dios perfecto? puede sentir amor, amor-carencia, y esa carencia por los hombres, los seres de este mundo irracional e imperfecto. ¡Incomprensible!

[xi] Con respecto a esto, ver Diálogo El Sofista.

[xii] Diálogos III Fedón, Banquete, Fedro; Platón, pp.: 260, Biblioteca Clásica Gredos, 1993.

[xiii] Me refiero al Diálogo La República.

[xiv] Ojo, Platón no habla de arte, habla de poesía, yo estoy yendo un poco más allá y entendiendo que Platón, desde un contexto más contemporáneo, al expulsar a los poetas, se refiere a lo que hoy en día son los artistas en general.